
Vuelvo a poner un viejo post, muy útil en estos días.
"La voz que clama en el desierto" volverá a echar sapos y culebras para que nos convirtamos, para que dejemos de ser aborregados sin conocimiento y pasemos a ser conocidos aborregados.
"El que prepara el camino del Señor" recitará de nuevo sus letanías cargadas de promesas vanas y relatos de un más allá lleno de hermosura y armonía, pero "¡¡ Ay de aquel que no siga los caminos del Señor!!"
Sí. Lo han adivinado. Ya ha comenzado la campaña electoral y ya tenemos a los nuevos profetas subidos a los estrados predicando la buena nueva. Las maravillosas palabras y promesas que oiremos de sus labios quedarán reducidas a la nada una vez elijamos a nuestro profeta favorito. El Mesías no llegará. Y si llega no será como nos lo anunciaran, pues vendrá un Saulo de Tarso y convertirá las ilusiones en sueños, y estos, en cosas irreales e irrealizables.
Yo, mientras tanto, espero que no tarde en llegar Salomé y podamos bailar juntos con las cabezas de todos los nuevos profetas.
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