sábado, 29 de septiembre de 2007

La República necesita republicanos.


Tras ver los artículos anteriores convendría hacer unas reflexiones al respecto.

El movimiento republicano en España existe, eso está claro. Hay asociaciones, partidos políticos y ciudadanos con sentimiento e ideología republicana.

También hay una represión hacia este movimiento, mayor en los últimos días. Las manifestaciones no son transmitidas por casi ningún medio de comunicación y cuando lo hacen, suelen restar el número cada vez más numeroso de ellas y de sus participantes, salvo cuando parecen violentas como la quema de fotos. Sin contar las actuaciones policiales y judiciales en su contra, como el juicio a Jaume D’Urgell el próximo día 4 por retirar una bandera monárquica en un edificio público y ondear una republicana.

Sin embargo el número de monárquicos sigue siendo bastante amplio. Pongo esa palabra entre comillas ya que muchos son los que siguen la corriente más que monárquicos en si.

Dentro de los que siguen apostando por la monarquía como sistema hay varios grupos. Voy a distinguirlos según mis consideraciones.

  • Grupo 1: Los “prácticos” que consideran que la monarquía constitucional es más barata y la figura de un jefe de Estado continuo da estabilidad al país. Lo de más barata es porque no se sabe a ciencia cierta el gasto de la familia real y los que nos supone de nuestros impuestos mantener a toda esa pléyade de vagos. Con el sueldo que les da el Estado yo también tendría cinco hijos (al año, je, je).
  • Grupo 2: Los “tradicionalistas” creen que en España toda la vida ha habido reyes y siempre nos ha ido muy bien. Sin embargo en las dos Repúblicas han sido continuos los desastres y las revueltas. Incluso la de 1931 nos llevó a una cruenta guerra civil. La ignorancia se ha sembrado siempre en este país, y siempre ha dado buenos frutos.
  • Grupo 3: Los “juancarlistas”. Estos son los más numerosos. Gracias a las maravillosas campañas de propaganda de la Casa Real desde los años setenta, la mayoría de los ciudadanos de este país siguen viendo al Borbón como “gran hacedor” y artífice de la idealizada Transición. Y, por supuesto, gracias a él fracasó el golpe de Estado del 23-F. La respuesta a este grupo es la misma que al anterior, sin lugar a dudas.

Sin embargo, dentro del movimiento republicano aún hay mucha división. Entre las distintas asociaciones siguen discutiendo por ver cual de ellas tiene más partidarios, cual es la más legítima y cual no está controlada por ningún partido. Todo ello mientras en la calle los republicanos nos unimos bajo cualquier tricolor que veamos ondeando, lleve el escudo de España, una estrella roja o el toro Osborne.

Entre los republicanos voy ha hacer distinciones también.

  • Grupo 1: Los “republicanos burgueses”. Los partidarios de un país republicano, en el que el sistema económico capitalista no les molesta, pero los valores tradicionales de Libertad, Igualdad y Fraternidad serían inmutables. Su ejemplo sería la República Francesa. Serían como los “prácticos” del grupo anterior.
  • Grupo 2: Los “añorantes”. Mayoritario en los círculos de la izquierda de base siguen teniendo en mente la II República. No suelen pensar que en los tiempos actuales no sería posible un movimiento tan revolucionario como aquel, y además, no hace tanta falta como la hizo entonces. En estos también hay intelectuales que añoran el esplendor de la Generación del 27.
  • Grupo 3: Los “comunistas”. Como paso previo a la Revolución Obrera hace falta una Revolución Burguesa, como ocurrió en Rusia. Para esto siempre hay tiempo, pero se podía haber aprovechado la “Transición” como pequeña revolución, ya que por entonces eran muchos los militantes comunistas. Estos tienen el problema añadido si son del PCE o IU ya que estos están en las instituciones, y para poder vivir tienen que pactar, con lo cual, muchas veces se tiene que tragar buenos sapos, como ver el 6 de diciembre a Gaspar Llamazares en el Congreso con el rey, mientras en la calle los ciudadanos se manifestaban a favor de la República.
  • Grupo 4: Los “independentistas”. Está claro que tras la consanguinidad y la unión de reinos en España tras los Reyes Católicos, no queda ningún linaje real de los territorios que fueron reino. También este grupo nutre su republicanismo en los intentos de la II República por dotar de Estatutos a toda provincia que lo pidiera. Lo consiguió Cataluña y Euzkadi, y se quedó en las Cortes el de Galicia. Y mucho más atrás los cantonalismos del siglo XIX.

Aunque como digo la división está más en los dirigentes que en los ciudadanos, estás consideraciones pueden venir bien para intentar unir viendo las características de todos e intentando superar los posibles problemas, recordando la máxima de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Sobre todo eso, Fraternidad.

Por cierto, la foto es del día 6 de diciembre de 2004 en Madrid, y como se puede apreciar no hay nadie.

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