jueves, 7 de junio de 2007

¿A quién le interesa?


Carlos Marx y Federico Engels: "El manifiesto comunista" - 1848

El burgués, que no ve en su mujer más que un simple instrumento de producción, al oírnos proclamar la necesidad de que los instrumentos de producción sean explotados colectivamente, no puede por menos de pensar que el régimen colectivo se hará extensivo igualmente a la mujer.

No advierte que de lo que se trata es precisamente de acabar con la situación de la mujer como mero instrumento de producción.

Nada más ridículo, por otra parte, que esos alardes de indignación, henchida de alta moral de nuestros burgueses, al hablar de la tan cacareada colectivización de las mujeres por el comunismo. No; los comunistas no tienen que molestarse en implantar lo que ha existido siempre o casi siempre en la sociedad.

Nuestros burgueses, no bastándoles, por lo visto, con tener a su disposición a las mujeres y a los hijos de sus proletarios -¡y no hablemos de la prostitución oficial!-, sienten una grandísima fruición en seducirse unos a otros sus mujeres.

En realidad, el matrimonio burgués es ya la comunidad de las esposas. A lo sumo, podría reprocharse a los comunistas el pretender sustituir este hipócrita y recatado régimen colectivo de hoy por una colectivización oficial, franca y abierta, de la mujer. Por lo demás, fácil es comprender que, al abolirse el régimen actual de producción, desaparecerá con él el sistema de comunidad de la mujer que engendra, y que se refugia en la prostitución, en la oficial y en la encubierta.

CCOO critica la inmovilidad del Gobierno para la regularización de la prostitución
Diario El Mundo
DIANA RODRÍGUEZ

MADRID.- El sindicato reabre de nuevo el debate sobre la situación sociolaboral que padecen las personas que ejercen la prostitución en España con una denuncia a la falta de actuación del Gobierno en este sector, que obliga a las trabajadoras a seguir ejerciendo sin ningún tipo de derecho ni protección.

Durante la presentación del libro 'Derechos de ciudadanía para trabajadoras y trabajadores del sexo', elaborado por las profesoras Magdalena López y Ruth Mestre, que pertenecen a la Universidad de Valencia, Comisiones Obreras ha denunciado el trabajo de la Comisión Mixta de Derechos de la Mujer, porque "sus trabajos no han planteado ninguna propuesta de acción, y no modifica ni la situación ni las condiciones de la gente que ejerce este trabajo". Además, han recalcado que sus conclusiones, tras más de un año de trabajo, son "decepcionantes y absolutamente criticables" y que dejan la prostitución "exactamente igual que antes, sin prohibirla ni reconocerla o regularla".

Bajo la premisa de que "la prostitución es trabajo porque se emplea energía para cubrir las necesidades básicas", la organización denuncia la falta de acción y expone que la mayoría de las mujeres trabajan de forma voluntaria.

Además, aseguran, que muchas de ellas son "autóctonas y autónomas". "Los cambios de la Unión Europea han variado el sector, y actualmente hay un alto porcentaje de trabajadoras del sexo que no pertenecen a un mundo tan lejano como muchos imaginamos. Portugal, Rumanía y Lituania, por poner un ejemplo, tienen un gran número de mujeres ejerciendo en nuestro país".
Dar la palabra a las trabajadoras

En las páginas de la publicación que hoy ha visto la luz se encuentran las opiniones, reflexiones y propuestas de prostitutas, sindicalistas, expertas académicas, políticas y feministas, entre otras, con el fin de profundizar en el conocimiento de esta realidad.

Uno de los problemas que han querido destacar desde la organización son las cifras. Mientras que la Guardia Civil apunta que hay 20.000 mujeres que ejercen la prostitución (3.000 en clubes de alterne y otras 6.000 que están en la calle), las ONG aseguran que hay entre 300.000 y 500.000 prostitutas. Magdalena López ha asegurado que estas últimas cifras "sólo pretenden alarmar" ante una cuestión tan difícil y polémica.

Además, entre los estudios recogidos se afirma que durante estos últimos cinco años el número de clubs de alterne de la geografía española se mantiene estable y lo único que existe es una emigración interna de unas comunidades a otras.

3 comentarios:

Marxita dijo...

Acabo de"tropezar" con este blog por pura casualidad,cuando trataba de informarme sobre las reivindicaciones del sindicato comisiones obreras en torno a la regularización de la prostitución.

Personalmente, me parece una falta de lealtad hacia la causa feminista que cualquier organización de clase defienda la regulación. Lo que supondría el reconocimiento legal a la subordinación de las mujeres y a la violación remunerada, una forma brutal de violencia sexual.

En fin, gracias a todos los que contribuyen con su criterio y su actitud de denuncia.

Anónimo dijo...

Muy buen dibujo, es exactamente lo que es. Mas claro imposible.

Anónimo dijo...

Te diré a quién le interesa: a cualquier mujer que quiera ejercer la profesión VOLUNTARIAMENTE y a todas las que la están ejerciendo actualmente CONTRA SU VOLUNTAD.

El trabajo es, en esencia, prostitución: hay quien prostituye su inteligencia, hay quien prostituye su talento, sus manos, su tiempo o su culo sentándolo en una oficina que odia a las órdenes de un jefe al que odia casi tanto como la oficina en la que trabaja. Vendemos nuestras facultades y nuestro tiempo a cambio de cuatro perras al mes, tal como hacen las prostitutas; la única diferencia es que nosotros tenemos un contrato-basura que nos hace sentirnos realizados como personas, y una nómina domiciliada en un banco a cambio de un juego de ollas express que nos hacen sentirnos ciudadanos de pro. Bueno: y que ellas están pasándolas canutas en condiciones insalubres en algún piso de mala muerte o pasando frío en la calle, mientras que nosotros, mal que bien, tenemos el culo calentito.

Sin embargo, si yo el día de mañana decido prostituir mi cuerpo por la razón X -porque se gana más a la hora que fregando escaleras, porque no soy escrupulosa o porque me gusta mandingonear más que a un tonto un lápiz-, aspiro a:

1. Cotizar en la SS y poder acceder a las prestaciones por desempleo, incapacidad, sanidad y jubilación como cualquier ciudadano honrado que paga sus impuestos y hace su contribución a la sociedad.

2. Trabajar dentro de unas condiciones de salubridad y seguridad que no sólo me "permitan", sino que me OBLIGUEN -como población de riesgo que soy- a someterme a exámenes médicos habituales para garantizar tanto mi salud como la de mis clientes, tal como se hace con los actores y actrices porno.

3. El día que el cuerpo no me dé para más -o el día que ya no esté de buen ver-, poder tener una pensión con la que sustentarme y no tener que vivir de la caridad o dedicarme a la mendicidad.

Y no, no soy ni hombre ni "burgués".