viernes, 14 de septiembre de 2007

Obituario


Por desgracia, debido al fallecimiento de su autor al que no conocía, ha llegado hasta mi esta maravilla.

Juan Manuel Betancourt, "Betán" falleció en La Habana a consecuencia de un paro cardiorespiratorio.


Nacido en Matanzas el 18 de febrero de 1938, en sus años juveniles fue oboísta en la Orquesta Sinfónica de esa ciudad, y desde 1961 se desempeñó como redactor del periódico Palante.

Sus trabajos reflejaron con agudeza y fino humor la realidad cubana a lo largo de cuatro décadas y media, informa una nota que publica hoy el periódico Granma.

Cultivó también la caricatura y la fotografía humorística, y durante los últimos años, en coautoría con Pepe Pelayo, publicó en Chile tres novelas humorísticas de corte policíaco, editadas por Alfaguara, y otra en Uruguay.



Puede visitar su página pinchando en el siguiente enlace:


http://betan38.blogspot.com/


FÁBULA DE LA HORMIGA Y LA BUROCRACIA



La hormiguita laboriosa e incansable, siempre en busca de algo qué hacer, al pasar por el puente que cruzaba el arroyuelo observó con preocupación que en algunos sitios se había caído el repello.

Hacendosa y responsable como era, de inmediato se puso a examinar la avería con la idea de determinar qué materiales se necesitaban para repararla.

En eso estaba, cuando pasó por allí la jicotea (tortuga americana) y le preguntó qué estaba haciendo.

Al responderle la hormiguita que el puente necesitaba ser reparado y estaba calculando lo que hacía falta para acometer la tarea, la jicotea dijo:

-¡Ah, para eso hay que conseguir cemento, arena y esas cosas, por lo que necesitas primero que todo un jefe de suministros que se encargue!

-¿Tú crees? –inquirió la hormiguita. Y de inmediato resolvió-: ¡Pues tu misma serás la jefa de suministros!

Continuó la hormiguita revisando los sitios descolchados del puente y la jicotea observándola, cuando llegó la rata curiosa y quiso saber lo que hacían.

-Estamos calculando los materiales que se necesitan para reparar el puente –le explicó la hormiguita-. Ya tengo a la jicotea que va a ser la jefa de suministros.

-¡Ah –exclamó la rata-, pero si van a comprar materiales de construcción, herramientas y esas cosas, necesitan un jefe económico que se ocupe de todo lo relacionado con el presupuesto de la obra.

-¿Sí? –preguntó la hormiguita sorprendida. Y determinó-: ¡Pues tú misma serás la jefa económica!
Volvió la laboriosa e incansable hormiguita a su tarea de revisar los sitios dañados del puente, cuando acertó a pasar la jutía (roedor parecido a la nutria) y se acercó a averiguar qué estaban haciendo allí los tres animalitos.

-Estamos sacando el presupuesto de lo que costaría reparar el puente –contestó la hormiguita-. Ya tengo a la jicotea como jefa de suministros y a la rata como jefa económica de la obra.

-¡Ah –exclamó la jutía-, pero si ustedes han constituido un grupo de trabajo, lo que necesitan ahora es un jefe de personal!

-¡¿Ah, sí?! –se sorprendió de nuevo la hormiguita. Pero decidió-: ¡Pues tú misma serás la jefa de personal!

Regresó la hormiguita a su cuidadosa revisión del puente, mientras la jicotea, la rata y la jutía se sentaban donde encontraban para observarla, cuando se apareció el majá (culebra cubana)y les preguntó qué hacían en el puente.

-Estamos preparando las condiciones necesarias porque el puente necesita reparación –respondió la hormiguita-. Ya tengo a la jicotea como jefa de suministros, a la rata como jefa económica y a la jutía como jefa de personal de la obra que ha de acometerse.

-¡Ah –exclamó el majá enroscándose-, pero ustedes necesitan quien administre todo esto!

-¿Seguro? –preguntó la hormiguita un tanto dudosa. Pero sin pensarlo más accedió-: -¡Está bien, tú mismo serás nuestro administrador!

-Muy bien, acepto –dijo el majá-. Así que en mi condición de administrador de este grupo laboral, lo primero que estoy observando es que la plantilla está un poco inflada. Yo creo que debemos reunirnos para analizar esta situación que hace incosteable mi gestión administrativa.

De modo que se reunieron, analizaron, discutieron y... ¡¡determinaron prescindir de los servicios de la hormiguita!!

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