Nuestra bandera
La bandera de mi patria a nadie pide perdón
de haber nacido peleando en manos del cimarrón.
Las nueve franjas son libres, no son rejas de prisión,
son como ríos llevando la libertad al corazón.
La bandera de mi tierra no la mancha el opresor
porque este pueblo no tiembla y es dueño de la razón.
Mano con mano el humilde, mano con mano y acción,
que retorne la bandera a manos del cimarrón.
Azul y blanca en el aire, siempre camino del sol,
sol que ilumine a los pobres como quiso el protector.
Franjas de arriba y de abajo, ninguna quiere ser más,
son todas bien compañeras y que viva la igualdad.
La igualdad de mi bandera en la tierra hay que lograr,
y el que se oponga que caiga; nadie lo va a disculpar.
No necesito consejos para querer mi bandera,
por ella daré la vida y el corazón cuando deba.
Pero permítame, amigo, fijarme como lo doy,
que un señor abanderado también puede ser traidor.
Fíjese que el poderoso suele vestirse de peón,
hablar de escudo y bandera y a la patria hacer traición.
La igualdad de mi bandera en la tierra hay que lograr,
y el que se oponga que caiga, nadie lo va a disculpar.
No necesito consejos para querer mi bandera,
por ella daré la vida y el corazón cuando deba.
Franjas de arriba y de abajo, ninguna quiere ser más,
son todas bien compañeras, ¡y qué viva la igualdad!
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