lunes, 21 de mayo de 2012

Historias de Julios y Cortázares.



Buenos, días, don Julio. Buenos días, joven, dígame. Bueno, que sepa que yo apenas le leí. La verdad es que soy de leer poco. Será por que soy español y somos más de escribir. Sí, es cierto. Y han tenido ustedes escritores buenísimos. Pues eso, le leí poco y le escuché algo. Creo que es un buen invento ese suyo de grabarse en cintas magnetofónicas. Sí, ya recuerdo. ¿Le han dicho alguna vez que tiene una maravillosa pronunciación de la letraerre? Gracias, agradecido, pero dígame, y no se ande por las ramas. Sí, sí, perdón. Como le decía leo poco. Leí suscronopiosy no todos. Pero vi un programa que pusieron sobre usted en la televisión y me emocioné sobremanera. Y, además, me pareció encontrar cierto parecido entre su forma de escribir y la mía. Ni que decir tiene que no tengo su grandísima calidad ni su sapiencia y, como le dicho antes, yo no soy un gran lector, con lo que mi escritura es autodidacta y, por ello, con muchos fallos gramaticales y de estructura. No se preocupe. Trabajando puede seguir mejorando. Aún es joven, aunque tenga claro que no conseguirá un premio Nobel, ni un Cervantes. Claro, eso está asumido. Ni tan siquiera soy capaz de ganar un premio literario en mi pequeña, coqueta y pueblerina ciudad. Bueno, quién sabe... Muchas gracias por escucharme, don Julio. De nada, joven. Y no olvide darle cuerda al reloj...

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