... acerqué las manos a mi pecho. Con esfuerzo separé mis costillas. Un tirón rápido, y arranqué mi corazón para mostrárselo al público que abarrotaba la sala.
Ellos rieron a carcajada limpia. Ellas lanzaban exclamaciones de asombro y aplaudían fervorosamente.
Mientras tanto yo moría desangrado encima del escenario.
Fue una actuación memorable
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