viernes, 1 de julio de 2016

Calpe. 23 de febrero de 2016.


Despertó la mañana con bruma. La temperatura está en unos agradables 17 grados.
Las tienditas de recuerdos situadas en el paseo marítimo se desperezan y los bares comienzan a dar sus primeros desayunos. Apenas hay gente paseando. En la playa unos niños juegan y ríen mientras el tractor peina la arena. En la bahía aún quedan dos pequeños barcos pesqueros acabando, supongo, las faenas de pesca. Obreros trabajando en la reforma y acondicionamiento de los locales cerrados por vacaciones. El silencio, o el escaso ruido hace que piense en Logroño como una gran ciudad llena de coches, camiones y gente corriendo de un lado a otro.

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